Estrategia & Negocios 10/2007
Guatemala, así como cualquier país de la región centroamericana, debe a toda costa definir su rumbo a largo plazo y con ello lograr la certeza legal tan indispensable para la inversión que tanto necesitamos en el área.
Y es que hoy más que nunca es importante que los países escojamos ese rumbo que nos lleve a la atracción sólida de inversiones en los diferentes campos, y así crear la cantidad de empleos necesarios para que nuestras naciones y nuestra región continúen desarrollándose de una manera sustentable.
Esto debe suceder, sobre todo cuando se tienen en puerta los comicios presidenciales en Guatemala. Ahora ya solo queda la elección de quién ocupará la silla presidencial entre los dos candidatos que pasaron la segunda vuelta.
Es hoy cuando debemos pensar en la importancia que tiene ese rumbo de país que se fundamenta en el fortalecimiento de la institucionalidad. En enero próximo Guatemala tendrá nuevo gobierno, lo importante será continuar con lo bueno e implementar tareas acordes que generen más inversión.
Por esto, los empresarios debemos fortalecer los nexos institucionales que nos permitan laborar de la mano con los gobiernos y así coadyuvar, por medio del trabajo en conjunto, al desarrollo económico del país.
Estas experiencias han sido no sólo factibles sino ejecutadas en otras latitudes y España es un ejemplo de ello. El ex presidente del gobierno español, Felipe González, quien será nuestro invitado estelar en el Encuentro Nacional de Empresarios (Enade) 2007, comentaré más de cerca lo logrado en ese país a través de los Pactos de la Moncloa en los años 80.
Estos pactos, como todos sabemos, sentaron las bases para llevar a España a terminar de desenvolverse de una forma admirable y pasar de ser un país en desarrollo a uno de primer orden mundial. Soy un convencido de que para lograr un país desarrollado debemos llegar a contar primero con un rumbo definido de país, es decir, con un proyecto de mediano y largo plazo. “Una visión de nación” que nos permita trabajar a la sociedad y al Estado con un norte compartido y seguro para el bienestar de todo un pueblo.
El Encuentro Nacional de Empresarios (Enade) 2007, tiene la característica de tomar como base la necesidad de contar con una visión de nación compartida entre los sectores y ejecutada con la ayuda del gobierno y, sobre todo, del Congreso.
Por eso creemos que este año este evento es muy importante para la vida futura de Guatemala, pues con base en los pactos que debemos hacer como nación y en la necesidad de crear ese rumbo definido, es que se darán cita personalidades de primer orden mundial.
Además, este año Enade Guatemala reviste un especial interés y es la presencia de los dos candidatos presidenciales que pasaron a segunda vuelta. En este marco ellos expondrán su mensaje y sus planes para llegar a ser, uno de ellos, el próximo presidente del país.
Todos sabemos que estos encuentros son importantes ya que permiten el intercambio de experiencias e información, además de enfocar a nuestros líderes hacia el logro de resultados positivos en índices globales y así poder mejorar la calificación de país ante las calificadoras internacionales.
En esa materia la presencia del Dr. Felipe Larraín, quien es profesor de Economía de la Universidad Católica de Chile, consultor del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, autor de Macroeconomía en la práctica, Desarrollo económico en Centroamérica y coeditor del libro La transformación económica de Chile, será fundamental. Su tema central será el riesgo país y cómo mejorar los índices de competitividad.
Y por último, pero no por eso menos importante, estará la intervención del politólogo Manuel Rocha, analista político, quien es un experto en materia política latinoamericana y ha sido embajador de Estados Unidos en diferentes países de la región.
En años anteriores este tipo de eventos ha facilitado propuestas concretas a los gobiernos y algunos los han puesto en marcha; sobre todo en materia de competitividad.
Este año es muy particular, razón por la que las discusiones irán enmarcadas en lo sostenible que debe tener un proyecto de nación de esta índole, donde lo económico y lo social desempeñan un papel central en un entorno político de corto, mediano y, sobre todo, largo plazo.