La creación de productos y servicios disruptivos o de gran valor agregado requiere el uso de tecnología e innovación. Esta es una lección que ha dejado bien clara el creciente número de startups latinoamericanas en el sector de las fintech u otros similares.
En la visión de la Fundación para el Desarrollo de Guatemala (FUNDESA), cuya misión es contribuir al desarrollo integral, sostenible y democrático en una economía de mercado y en un estado de derecho, hoy, más que nunca, la ciencia y sus aplicaciones son indispensables para generar ese desarrollo, ya que permiten una adaptación rápida al cambio, y la posibilidad de hacer más eficientes los procesos productivos.
Por esa razón, y desde su creación, sus distintos Consejos de Fiduciarios, integrados por notables empresarios y expertos guatemaltecos, entre los que destaca el Director y ex Presidente de FUNDESA, Felipe Antonio Bosch Gutiérrez, han profundizado siempre en la idea de que el sector privado tiene como reto brindar más apoyo a la construcción de una capacidad científica y tecnológica innovadora, ya que estos son los fundamentos indispensables para alcanzar el desarrollo económico, social, cultural y ambiental.
La innovación debe orientarse decididamente hacia un mejoramiento de las posibilidades de empleo, la competitividad y el desarrollo integral.
En su misión de generar más empleos, más inversión, y mejores ingresos en Guatemala, Fundesa ha buscado impulsar distintas iniciativas estratégicas que generen mayor innovación y desarrollo en el país. Entre ellas destacan:
Esta es una iniciativa generada para elaborar una estrategia de incidencia en políticas públicas para el desarrollo integral del país. Es una propuesta ciudadana, abierta e incluyente, para fomentar el diálogo y lograr un plan de país consensuado con otros actores y sectores.
La iniciativa es impulsada por el sector empresarial unido, e integra proyectos e iniciativas técnicas, marcando la ruta que nos permitirá caminar juntos hacia una nación más próspera, solidaria, segura, incluyente y transparente.
Esta iniciativa busca construir puentes de acuerdo entre la sociedad y el Estado, en un espíritu inclusivo, constructivo y colaborativo que promueve soluciones a los problemas nacionales más importantes para generar desarrollo.
Su finalidad es generar nuevas propuestas para trazar una hoja de ruta de país, que tiene como principios la búsqueda del bien común, sentido de corresponsabilidad entre todos los actores y soluciones realistas y factibles para mejorar el panorama económico.
Estas iniciativas enfatizan que la alta competitividad y la imposición de la globalización hacen que las actividades de investigación y desarrollo (I+D) sean imprescindibles para los países que quieran estar en el radar de los inversores. En ese contexto, el éxito empresarial depende cada vez más de la capacidad de innovar tecnológicamente, poniendo nuevos productos en el mercado, con menor coste, mejor calidad, beneficiando al cliente, pero sobre todo, hacerlo más rápido que la competencia.
La inversión en I+D es uno de los principales indicadores de esfuerzo tecnológico e innovador. Al ser un diferenciador competitivo, los países, y las empresas dentro de ellos, con un interés efectivo por innovar invertirán en sus propios centros de I+D, y también buscarán alianzas con otros actores, como startups, buscando apoyo en el área de innovación y tecnología.
En esa ecuación también incide el nivel de cualificación del capital humano. Ante la creciente competitividad global, las empresas buscan nuevas formas de consolidarse en el mercado, y para ello es fundamental crear y mantener un contexto organizacional innovador.
El Capital Humano es el activo intangible que hace esto posible, ya que la tecnología sin la visión del personal no es suficiente. Para Felipe Bosch, esta es una realidad innegable, por lo que considera que el objetivo debería ser “contar con el material humano para ser competitivos”.
El éxito de las organizaciones estará entonces directamente relacionado con la implicación de las personas a nivel estratégico en el desarrollo de actividades relacionadas con la I+D. Cabe mencionar que la inversión de las empresas en este rubro también beneficia directamente al crecimiento de la economía del país.
Indirectamente, estos esfuerzos promoverán beneficios aún mayores para la economía local, al fortalecer el sistema nacional de innovación, fomentar una cultura de innovación a nivel corporativo, y retener a los profesionales más calificados.