Surgió en 2014, como parte de las iniciativas de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez (FJBG) el Programa de Nutrición ha tenido como objetivo principal beneficiar a miles de familias en las comunidades de Totonicapán en Guatemala.
Por medio de su implementación se busca contribuir con un cambio generacional que sea de beneficio y desarrollo para la comunidad. Esta iniciativa se ha realizado siguiendo los principios de Seguridad Alimentaria y Nutricional, creando proyectos preventivos que ayuden a disminuir los índices actuales de desnutrición crónica. Trabajar en línea con estos principios y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es una de las directrices de la Junta Directiva de la Fundación, cuyo vicepresidente es Felipe Bosch Gutiérrez.
Entre los años 2017 y 2019 la FJBG logró reducir en un 15% la prevalencia de desnutrición crónica en niños de 2 a 5 años en San Cristóbal Totonicapán. Además, este programa ha logrado a través de sus capacitaciones, promover el emprendimiento y el rescate de tejidos típicos.
En el marco del Programa de Nutrición y dentro del eje de Emprendimiento, surge el curso «Mujeres tejedoras de Pabellá parte de Artesanas de San Ramón”, en el que se capacita a las mujeres para la elaboración de carteras como producto terminado utilizando como materia prima los tejidos y textiles.
El curso se impartió a 30 artesanas con materia prima que provee la propia fundación. La iniciativa se da como parte de la estrategia de la FJBG para fomentar el crecimiento y la expansión de las capacidades que tienen las tejedoras de San Ramón, Totonicapán.
Las participantes elaboran distintas telas para un solo proveedor, sin embargo, el Programa de Nutrición las motiva a potenciar la creación de productos originales con valor agregado.
Sara Elizabeth Batz Salanic de Tax, una de las muchas mujeres emprendedoras que participan en el Programa de Nutrición de la FJBG, ha demostrado ser un caso de éxito gracias a las oportunidades que brindan las capacitaciones que se llevan a cabo durante la implementación del programa.
Gracias a la fundación, Sara tuvo la oportunidad de participar en el curso de carteras en el que se le presentaron cinco diseños de carteras para mujer. La capacitadora motivó a Sara a desarrollar sus propios diseños de cartera. Con mucha emoción, y bebiendo ávidamente del conocimiento adquirido durante las capacitaciones, Sara se enfocó en crear carteras más personalizadas.
Así, su emprendimiento surge en el año 2002. Con una sola máquina de coser, Sara ha podido diseñar trajes típicos, cortes, y adornos para huipiles y delantales. Desde hace unos años, Sara ha realizado también tapetes, cobertores para licuadoras y microondas, forros para tortillas y manteles.
“Con mi empresa busco rescatar nuestros tejidos. Siempre me gusta implementar algo típico: un pequeño cuadrado, un triángulo etc. De los pedacitos o retazos es posible sacar provecho. Todo es valioso para un proyecto, ya sea moños típicos, diademas, aretes y llaveros”, afirma la propia Sara.
Hoy, Sara Elizabeth Batz comercia sus productos incluso fuera de Totonicapán. Además, ha expuesto los mismos en ferias y participado en expo-ventas. Recientemente, ha enviado un lote de carteras para su venta en los Estados Unidos, con la ilusión de llegar a postular sus productos a nivel internacional para presentar la variedad y belleza de los tejidos de Guatemala. Tejidos típicos que tienen un alto valor cultural.